martes, 10 de marzo de 2009

Miradas ocultas 1 (Entre pensamientos)




Hay días en que parece que es mejor desconectar del mundo, crear un búnker y no salir de él en mucho tiempo, pero, ¿de qué sirve? Normalmente es lo que hacía yo, igual por no querer ver que había algo más allá de mis propias narices, pero la vida es así.
A veces te da ilusión, otras patadas, a veces alegrías, otras penas, a ratos sol, a ratos nubes…
Quizá sea por que vuelve a salir el sol que me siento más optimista y eso que un cielo nublado me produce sensaciones que no consigo recrear en días como el de hoy.
El calor en la espalda desnuda… sentir… estoy cansado de repetirlo… me encanta sentir…
Me he pasado la mayor parte de mi vida sin saber que significaba sentir y sin darle importancia a ello, aun hoy sigo sin saber que es exactamente, pero ahora me meto de cabeza y me dejo llevar por todo lo que me rodea.
Bolas, palos chinos, staff… tanto da. El caso es estar a gusto, tomando el sol en cualquier plaza, en cualquier parque, en cualquier calle… No importa el sitio.
En verdad, el tiempo tampoco importa. Día, tarde, noche, sol, agua, viento, nieve…
Al final lo único que importa en la vida son las personas de las que te rodeas.
Tanto las buenas, como las malas. La gente es lo que te hace crecer. O más bien, las situaciones a las que te lleva cada persona. Saber que de todo se aprende ayuda a seguir aprendiendo aun más si cabe.
Y eso es un lujo que también se aprende, antes o después.
Yo creo que lo he aprendido tarde, pero al menos lo he hecho, hay gente que no lo hace a lo largo de toda su vida, así que no me quejo. No lo hago en absoluto.
Aunque sí me arrepiento de no haber aprendido antes…
Podrían ser tan diferentes las cosas…
Lamentarse tampoco sirve de nada, es cierto, pero a la vez es inevitable.
Uno nunca sabe como le van a venir las cosas y lamentarse por algo que ya ha pasado pero que en lo que dura una vida puede cambiar y volver a ser lo que era, es, de nuevo un lujo.
Esta vez al alcance de menos, eso sí, pero si se presenta la oportunidad de solucionar algo que hace años que lleva atormentándote por haberlo hecho mal, no solucionarlo es peor .
Por eso, es bueno cometer errores, por que luego vas con más cuidado para no volver a llevarte un chasco.
El caso es que parece ser cierto eso que se dice de que “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, es más puede que se quede corto. Fallamos, nos damos cuenta de ello y volvemos a fallar. No hay más.
Por eso, cuando conseguimos variar nuestro camino y nos damos cuenta de lo que estamos haciendo con tiempo para rectificar y seguir esa nueva vía que nos lleva a “un mundo diferente”, nos sentimos bien con nosotros mismos. De una u otra manera, sabemos que lo que hacemos nos viene bien.
Yo he hecho cosas que no debería, como todos al fin y al cabo. Pero me convencía de que en un futuro iba a ser lo mejor para mí… nada más lejos de la realidad. Esas cosas que tanto bien iban a hacerme me han amargado durante casi un lustro… el tiempo que he tardado en darme cuenta de que la vida es otra cosa.
No es un tablero en el que tenemos que jugar rápido o de forma perspicaz. Obviamente, la vida no es eterna, por eso intentamos hacer más cosas de las que realmente podemos hacer. ¿Qué pasa entonces?
Que nos perdemos las cosas grandes que tiene cada pequeño momento. Es como aquel violinista del metro al que la gente hacía caso omiso… en una tarde completa, tocando canciones de los virtuosos de ese instrumento, recolectó cerca de 14 dólares. Lo que la gente que había en el metro ignoraba es que este hombre, que estaba realizando un experimento, había llenado dos noches antes el auditorio más famoso de Londres donde una localidad de calidad paupérrima costaba alrededor de 300.
Él, demostró que los humanos se rigen por normas absurdas de las cuales deberíamos deshacernos. Y yo aprendí que la belleza puede estar tanto en un cuadro, en una sinfonía, una persona, un paisaje... Cualquier cosa. Hay que aprender a vivir con los ojos abiertos y dejarse elevar a un nivel de tranquilidad que te permita paladearlo todo y eso nunca es sencillo. Pero vale la pena intentarlo, por que el mundo que se esconde detrás de todo esto, es mucho más atractivo, real y sincero de lo que vemos cuando no miramos.