Si vas a venir, si
vienes, no traigas contigo todo el spam, déjate en casa todo lo que
no eres, ven con lo puesto, dispuesta a quitártelo, que quiero
descubrirte a fondo y no tenemos tiempo para siempre. Ven solo con
tu esencia, tu energía y tus ganas. Que quiero explorarte de norte a
sur, perderme en algún lugar de tu cuerpo, donde sea. Disfrutar de
alguna sonrisa que tengas reservada sólo para mí. Meterme de cabeza
a nadar en tu mirada y ahogarme hasta que me salve alguna bocanada de
aire procedente de tu boca. Escalar todo el meridiano de tu columna
combatiendo el clima y acampar en tu cintura un siglo, o dos. Jugar
a que esto no se acaba porque no existe el tiempo aunque no pare de
correr.
Si vienes, si
vas a venir, ven a conocerme al completo, sin adornos, sin aditivos,
como soy. Decide indagarme entero, que al final, puede resultar que
lo merezca, o que al menos valga la pena (o la alegría) intentarlo.
Trae pegamento, cola, cemento o lo que quieras, que vivo aguantando
mis propios pedazos y en ocasiones se me caen. No vengas a
arreglarme, aunque esté roto. Ven a romperte conmigo, o en mi, y
juntemos todas las piezas haciendo un nosotros. Te aseguro que si tú
también estás rota no voy a quererte menos. Trae también tus
lunares, que de día no hay estrellas y sin constelaciones me pierdo
muy rápido. Prepara tus mejores galas y olvídalas donde nunca,
jamás, las vuelvas a buscar, que no te va a volver a hacer falta
ropa, que tengo un telar de besos donde hacerte a medida lo que
necesites.
Si vas a venir, si de
hecho vienes, ven en forma de mar, empápame de sal seca, llena de
arena todos mis rincones, mis venas, mis arterias, todo mi ser.
Para que cuando te
vayas, por si al final te vas, me quede al menos con la sensación de
que estoy tan lleno de ti, que sólo quedaremos estas ruinas y yo, hasta que decidas
volver.
Si es que
vienes.
Si es que vas a venir.