martes, 25 de abril de 2017

Demonios

Aquí están.
De vuelta.
Todos tus demonios han salido a bailar a tu alrededor.
Una vez más.
Otra vez.
Casi habías olvidado el miedo.
Ahora vuelve a rondarte, como un viejo amigo al que hace mucho que no ves pero que en cuanto aparece sabes que todo sigue igual.
En cierto modo casi lo extrañabas.
Como a ella.
¿Cómo no ibas a extrañarla?
Es justo lo que siempre buscaste, lo que siempre habías querido.
¡Mírate!
¿Acaso crees que la mereces?
Crece un poco, va siendo hora.
No puedes, por mucho que quieras, vivir de sueños.
La vida sigue, el mundo avanza y tú retrocedes.
¿Y esta tristeza?
¿De dónde sale?
De tus errores, obviamente.
Erraste al pensar que lo tenías todo.
Erraste al dejarte llevar sin seguir avanzando en tu propio camino.
Y sucumbiste a sus embestidas de agua y sal pensando que no había nada más para ti.
Ahora no está.
Pero no temas.
Junto al miedo y la tristeza, llegaron el insomnio y la ira.
Así que no estás sólo.
Sumérgete.
No te queda otra opción.
Empápate de todo lo malo que te rodea.
Es tu única salida.
Siempre y cuando sepas donde está el fin.
Siempre y cuando decidas parar a tiempo.
Todo lo que hay es de alguna manera obra tuya.
La misión de llegar dónde quieres estar es tuya.
Así como la obligación de reponerte de nuevo.
Otra vez.
Ah! Pero la extrañas!
¿Cómo no ibas a hacerlo?

miércoles, 19 de abril de 2017

Hazlo



Va a costar.
Es mucho sacrificio.
Un camino duro.
Pero es tu camino y debes recorrerlo sin mirar atrás.
Sé que te miras al espejo y no sabes quien se refleja en él.
Sé que cierras los ojos y ves quien quieres ser.
No te van a regalar nada.
Te pondrán trampas a medida que avances.
Esas trampas, no son para que caigas.
Ni para que te rindas.
Ni para que cambies de rumbo.
Esas trampas te van a llevar justo a donde quieres llegar.
Esas trampas te van a hacer crecer.
Esas trampas estarán ahí para ayudarte.
Esas trampas son tu nueva familia.
Algunas, las verás venir de lejos.
Otras, aparecerán sin avisar.
Pero tienes que tener una cosa clara, esas trampas son tus amigas.
Despierta.
Sal de tu zona de confort.
Aprende a escucharte.
Aprende a escuchar a tu cuerpo.
Tienes la obligación de morir y renacer como alguien nuevo.
Más fuerte.
Más rápido.
Incansable.
Es tu camino.
Hazte con él.
Disfrútalo.
No te van a servir excusas.
Busca soluciones a las adversidades y abrázalas como a un viejo amigo al que no ves desde hace tiempo.
Muévete.
Nadie va a hacerlo por ti.
Llora, odia, aborrece, grita, siente el miedo bajo tu piel.
Después de esto, ríe, ama, admira, siéntete capaz.
Coge aire.
Llena tus pulmones.
Aquí empieza tu camino.
Sabes cual es la meta.
Sabes lo que debes hacer si quieres alcanzarla.
Hazlo.
Sólo hazlo.

sábado, 27 de agosto de 2016

Olas de agua y sal

Y entonces llega la ola.
Con toda su fuerza, la misma que surge de los abismos y se nutre del viento para golpear más fuerte.
Y no la esperabas.
Y te empapa.
Te cala hasta los huesos.
Te dejas embestir y en cuanto golpea... Te unes a ella en un apabullante maremoto de agua y sal.
Te permites el lujo de dejarte arrastrar hasta la orilla.
Y la ola pasa a través de ti y parece que el mundo y el tiempo se paren.
Y con tal quietud solo escuchas el latir de un corazón que son dos, el tuyo y el suyo propio.
Y entonces llega la ola.
Con toda su energía, con su espuma cargada de vida, con su vaivén alocado.
El mismo que te hace perder el equilibrio del que te creías dueño.
Te desestabiliza por dentro, haciéndote sentir poco más que un niño a merced del universo.
Pero haces pié.
La abrazas.
Como si esa ola fuera el flotador que te mantiene vivo en este mundo de rocas que se pierden en el cielo.
Agua.
Sal.
Y entonces llega la ola.
Y entra en tu cuerpo.
Y tú,  le obsequias con parte del tuyo.
Te rindes al embite de su pasión, llenando tu alma con el clamor de cada milímetro de mar que colisiona con cada milímetro de tu cuerpo.
El tiempo vuelve a fluir.
El mundo vuelve a rodar.
Parece que todo ha pasado, que ese momento fugaz de algún modo acabó.
¿Quién eras antes de esa ola?
¿Quién eres después de esa ola?
De golpe, no te encuentras.
Y entonces llega la ola.
Vuelves a nacer.
Tus sentimientos florecen.
Tus ansias de vivir, de sentir, de compartir, de no esconderse, de amar, rebrotan de esa ola que es tuya y a la que perteneces de alguna manera.
Sientes también miedo.
Ese miedo irracional que solo siente quien tiene algo que perder.
Y tu ola se despide.
La pierdes de vista un tiempo.
Quizás se fué para siempre.
Y entonces, llega la ola.

https://www.youtube.com/watch?v=Si98pKaUMXw

viernes, 10 de junio de 2016

Si vas a venir.



Si vas a venir, si vienes, no traigas contigo todo el spam, déjate en casa todo lo que no eres, ven con lo puesto, dispuesta a quitártelo, que quiero descubrirte a fondo y no tenemos tiempo para siempre. Ven solo con tu esencia, tu energía y tus ganas. Que quiero explorarte de norte a sur, perderme en algún lugar de tu cuerpo, donde sea. Disfrutar de alguna sonrisa que tengas reservada sólo para mí. Meterme de cabeza a nadar en tu mirada y ahogarme hasta que me salve alguna bocanada de aire procedente de tu boca. Escalar todo el meridiano de tu columna combatiendo el clima y acampar en tu cintura un siglo, o dos. Jugar a que esto no se acaba porque no existe el tiempo aunque no pare de correr.

Si vienes, si vas a venir, ven a conocerme al completo, sin adornos, sin aditivos, como soy. Decide indagarme entero, que al final, puede resultar que lo merezca, o que al menos valga la pena (o la alegría) intentarlo. Trae pegamento, cola, cemento o lo que quieras, que vivo aguantando mis propios pedazos y en ocasiones se me caen. No vengas a arreglarme, aunque esté roto. Ven a romperte conmigo, o en mi, y juntemos todas las piezas haciendo un nosotros. Te aseguro que si tú también estás rota no voy a quererte menos. Trae también tus lunares, que de día no hay estrellas y sin constelaciones me pierdo muy rápido. Prepara tus mejores galas y olvídalas donde nunca, jamás, las vuelvas a buscar, que no te va a volver a hacer falta ropa, que tengo un telar de besos donde hacerte a medida lo que necesites.


Si vas a venir, si de hecho vienes, ven en forma de mar, empápame de sal seca, llena de arena todos mis rincones, mis venas, mis arterias, todo mi ser.
Para que cuando te vayas, por si al final te vas, me quede al menos con la sensación de que estoy tan lleno de ti, que sólo quedaremos estas ruinas y yo, hasta que decidas volver.


Si es que vienes.

Si es que vas a venir.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Sigo?

Sigo atrapado entre poemas que no escribo, sueños incumplidos, ensayos que no salen, paredes que no he escalado, novelas que no existen y recorridos por los que nunca fui.

Sigo imaginando que voy contigo a todas partes, sin saber quién eres, ni como, ni cuando, ni por donde.

Sigo sintiendo que te conozco, que llevamos toda una vida de secretos a nuestras espaldas, toda una infancia de juegos, una adolescencia de idas y venidas, de amor y dolor, de no hacernos ni caso, de ser ambos uno y tal vez no te he visto aun.

Sigo intentando escribirte esa canción que nunca pediste y que no paras de pedir, me atasco en el estribillo antes de empezar la primera estrofa y me quedo sin puente al llegar al final.

Sigo recordando momentos contigo que nunca pasaron, en ese tiempo en que fuimos tan felices en el futuro, compartiendo nuestra casa en ese sitio al que aun no hemos ido y que decoramos tan a tu gusto porque soy un manitas para hacer muebles, pero un desastre combinando colores, menos mal que tus gustos son tan diferentes a los míos que son iguales, lo cual facilita que nos compliquemos la vida haciendo las cosas mal, por eso nos sale todo tan bien.

Sigo enmarcando tus fotos desnuda con toda esa ropa, esas que jamás te hice, de aquellos viajes en que perdimos el avión, o el barco y tuvimos que ir andando y no llegamos a salir porque daban malos pronósticos meteorológicos y que acabamos reventados de ir de la montaña a la playa tomando el sol.

Sigo abrazándote por las noches, enredado entre tu pelo moreno, o rubio, o castaño o que se yo, encantado con el calor de tus pies helados.

Sigo contemplando al despertar tus ojos verdes, grises, azules, azabache, marrones que no me han mirado aun.

Sigo preparándonos el desayuno que tanto te gusta porque recuerdo perfectamente que no tengo ni la más mínima idea de cuál es, pero te dejo la mejor parte y yo me como el agujero de un donut de chocolate por si te apetece el resto y disfruto empezando el día contigo, solo, hablando en silencio, empezando el día planificando todo lo que haremos pero no vamos a hacer, vete tú a saber porque, pudiendo hacerlo.

Sigo yendo a currar porque tenemos que ahorrar para irnos de viaje cuando empiece a hacer frio este verano en pleno invierno cuando por el calor y las sequias salgan las primeras flores de otoño y caigan todas las hojas por la llegada de la primavera, a aquel país asiático entre el Atlántico y el Índico, perdiéndonos en las selvas costarricenses, del norte de Canadá, justo entre Nueva Zelanda y Noruega, contento de trabajar para ello sabiendo que al menos el destino lo tenemos muy claro.

Sigo cocinando para dos y comiéndome tu parte.

Sigo temiendo que esta dieta engorde demasiado.

Sigo saliendo a correr contigo cuando hace buen tiempo, cuando llueve, cuando nieva, de noche bien pronto, de día, bien tarde, vas demasiado rápido, no te cansas ni a tiros, te pierdo de vista antes de salir y no te alcanzo, pero...

Sigo corriendo, tras de ti, o quizás delante y por eso no te veo, o quizás salimos cada uno en una dirección y nos estamos alejando, aunque por suerte la isla es pequeña y no creo que nos dé por seguir nadando hasta encontrar tierra, o sí y tal vez nos lleve la corriente a encontrarnos en otra parte tan lejos que estaremos aquí.

Sigo queriendo que nos subamos, sin duda alguna, a ese tren que no para en ninguna estación y que tiene unos billetes extraordinariamente caros que de tan baratos no se venden en ningún sitio, ni a mayores de edad que quieren seguir siendo niños, ni a niños que son casi abuelos.

Sigo intentando encontrarte casualmente por la calle, por las plazas, sabiendo que pasarás justo por el lado que no tengo controlado y que cuando decida dirigir hacia allí mis ojos, te me habrás adelantado y estarás en otra parte a la que me volveré para encontrarte y no estarás, porque eres así, disfrutas sabiendo sin tener ni idea de que estoy esperando tu llegada cuando te vas.

Sigo volviendo a casa, cansado de dar vueltas y me pongo a pensar en el recorrido de mañana, te llamaré por teléfono para avisarte aunque me salga una voz diciendo que tu numero no existe.

Sigo cenando para dos, esto no puede ser sano.

Sigo buscándote, cada día un poco más, cada día un poco menos, cada día con más ganas de volver a tenerte entre mis brazos por primera vez, de volver a escuchar tu risa tan nueva para mi, de que sigamos compartiendo todo lo que nunca hemos compartido.

Sigo buscándote.

Y puede que ese sea el error, tal vez te estoy buscando sin parar y tu me estás buscando en otro lado, pensando en fabricar nuestros momentos, en disfrutar de cada respiro que tengamos para desconectar del mundo haciendo planes locos a sabiendas de que me parecerá genial porque contigo es muy fácil, tal vez estás justo donde estuve ayer pensando que estarías y hemos fallado por un día, tal vez estás en el lugar menos acertado porque acabo de irme, pero por si acaso es el caso, voy a dejar de buscar por un tiempo, si veo que tardas, detén la búsqueda y espera a que llegue, no tardo!

miércoles, 20 de julio de 2011

Miradas ocultas 3 (Los Valores perdidos)


Me doy un poco de cuenta cada día, nos hundimos con nuestro barco irremediablemente. Pero lo hacemos porque queremos.

Todo el mundo anda preocupado por la recesión económica que sufre gran parte del mundo… Personas sin casa, gente sin trabajo, familias sin comida, niños sin educación, políticos recortando a diestra y siniestra (para luego llenar sus propios bolsillos con el fruto de nuestro sudor…), grandes sistemas gigantescos del pasado entrados ya en la más absoluta decadencia, organizaciones con fallos de coordinación y de organización hasta el punto de servir exactamente para lo contrario de lo que se crearon (basta ver las respuestas de los cuerpos de seguridad creados para defender al pueblo, durante las manifestaciones del movimiento 15-M), y un largo etcétera lleno de elementos menores pero de igual importancia.

Muy pocos, sin embargo, se preocupan por la verdadera crisis del planeta, la imparable perdida de valores.

¿Donde quedaron el honor y el respeto?
¿Qué pasó con la integridad y la dignidad?
¿Quién recuerda el significado lealtad o de valor?

En el mundo en que vivimos hoy en día, la mayor parte de la población sólo piensa, como he dicho varias veces ya en este mismo espacio, en alcanzar su nivel máximo de realización a través de entes materiales que le hagan sentirse superiores ante individuos que siguen luchando por conseguir avanzar en la misma linea, a mi modo de ver, errónea, cuando lo que deberíamos estar haciendo es agruparnos y pensar como un único organismo, la manera de volver al verdadero camino.
¿Por qué queremos estar un escalón por encima del resto de personas que nos rodean?

Recuerdo que en las historias que contaban mis abuelos, o sin ir tan lejos, mis padres, a los profesores, se les respetaban, eran la voz a la que había que seguir, porque era la persona que sabía y enseñaba.

Recuerdo como me explicaban que no había mayor honor que el de defender a los tuyos, ayudar al que lo necesitaba, incluso simplemente, mostrando aprecio hacia los demás.

Como la persona integra, que se mantenía siempre fiel a sus principios primordiales y no se dejaba manipular ni doblegar por agentes externos era admirada.

La gente, no cesaba en su empeño de conseguir una vida digna, con mucho esfuerzo y gran sacrificio, consiguiendo grandes éxitos al unir fuerzas.

Recuerdo también historias sobre gente valerosa luchando contra aquellos que hacían abuso de poder ante minorías indefensas, plantando cara y venciendo.

Así como cuentan que tenían gente que querían y ya no están a su lado y a los que estarán siempre agradecidos por todos y cada uno de los momentos que pasaron juntos.

¿Qué tenemos ahora?

Una creciente falta de respeto al maltratar al personal docente, a médicos, parejas independientemente del sexo que sea… pero también al alumnado cuando no impartes las clases de la manera correcta, a pacientes cuando les recetas un medicamento, pero no explicas por que debes tomartelo ni cual es el verdadero problema…

El deshonor en su mayor expresión al vender a compañeros, al robar a los ciudadanos que te han votado, al no escuchar al pueblo…

Gente que por las causas que sean, han dejado de luchar por su causa, se han convertido en rebaño a merced de lo que dicten los de arriba sin preguntarse porque están viviendo así…

Personas que han perdido toda esperanza de mejorar su situación laboral, personal, etcétera, dedicandose como los de arriba a ser llevados por los demás…

Los hay también que ven atrocidades y se callan, que ven a gente en apuros y les dan la espalda, incluso algunos insisten en separarse de los que quieren conseguir cambiar el mundo porque podrían perder parte de su comodidad, por miedo a las represalias…

Hombres y mujeres olvidando a diario a la gente a la que han querido, a las personas que estaban a su lado cuando lo necesitaban…

No me extraña que estemos como estamos…

Lo peor, es ver que en los ojos de los niños, no hay esa chispa que teniamos antaño, esa lucecita que parecía decir “soy capaz de todo”.
Simplemente están ahí y a ellos les basta, pero, ¿Por qué es así?

Hemos dejado de soñar, nos hemos acomodado de tal manera que cualquier cosa que venga es buena o válida.

No vamos a cambiar a nuestros mayores sin valores, porque ya tienen sus principios arraigados en su interior, en una parte tan profunda que la mayoría de nosotros no sabriamos llegar, pero deberiamos intentar recuperarlos e inculcarselos a las nuevas generaciones y que ellos hagan lo propio con las venideras, para lograr tarde o temprano que el mundo vuelva a ser más humano.

Un compañero, me hizo un comentario sobre unas conclusiones de Gilles Lipovetsky en las que decía que la evolución etico-moral del hombre, era cíclica, al contrario que pasaba con la científico-tecnológica, que es lineal.
Pues bien, según como yo veo la evolución, más o menos reciente del mundo, en el tema de los valores, ni es cíclica ni es lineal, más bien se asemeja a un cono invertido en el que cada vez cuentan menos los valores y sentimientos que uno pueda tener, nos estamos deshumanizando, a una velocidad alarmante, en este sentido.

Aun así y para poner un final positivo a esta entrada, debo decir que mucha gente de la que conozco, me demuestra casi a diario poseer una fuerza de carácter y unas ganas de cambio tan grandes, que me hacen pensar en que no estamos del todo perdidos y que podemos salir a flote.

viernes, 29 de abril de 2011

Miradas ocultas 2 (Viaje al fin de la humanidad)

¿Qué está pasando?
Todo da vueltas...
El mundo, parece enloquecer cada día un poco más...
Con paso firme, inexorable, hacia su fin...
La tierra tal y como la conocemos, parece abocada a un futuro de destrucción inminente.
Solo unos pocos, dicen, estarán preparados para los cambios que se avecinan.
¿Será verdad que desaparecerá la tecnología a causa de las tormentas solares previstas para mediados de 2012?
¿Acertaron los Mayas al predecir que el Apocalipsis llegará sobre esas fechas?
No tengo miedo a lo que pueda venir...
Ninguno...
Pero en realidad, estoy acojonado pensando en lo que me puedo convertir...
Deseo, fervientemente, que llegue ese momento...
Nos veríamos arrastrados sin remedio, de nuevo, a un mundo en el que el dinero como tal, desaparecería, con un mercado dedicado inevitablemente al trueque entre bienes...
Lo cual estaría bien, de no ser porque la mayoría de la gente, vive el sueño capitalista, en el que el dinero lo puede todo...
Siempre que miro a lo que está por venir, me imagino en una casa de campo, cuidando animales, viviendo de ellos y de lo que Gea nos pueda ofrecer...
Con gente con pensamientos afines a los míos...
Un futuro en que lo que reina, es la igualdad entre seres vivos, no ya sólo humanos...
Un nuevo mundo en el que el culto, lo rendiríamos a la tierra, a la naturaleza, a fomentar el uso del corazón y del esfuerzo de la comuna antes que a las celebridades que tenemos ahora en televisión y demás que, siendo al nacer iguales que nosotros, se han convertido casi en Dioses que con su cartera todo lo pueden...
Pero...
¿Y si a la hora de la verdad no soy capaz de adaptarme?
¿Y si acabo convertido en un zombie más?
Siendo realistas, millones de personas, cuyas posesiones ciegan por completo su espíritu animal, o quizás por el contrario, con su instinto de supervivencia llevado al límite por el caos y la necesidad de alimentarse, acabarían sin más mentalidad que la de robar y matar al prójimo, para disfrutar de sus bienes útiles...
Traicionar para sobrevivir...
Esto ha pasado siempre y seguirá pasando.
Porque seamos sinceros, nadie quiere ni desea morir porque sí...
Se que de que pasara todo esto, la gente enloquecería, el caos sería a nivel mundial y con la avaricia por estandarte, los asesinatos entre nosotros serían el pan de cada día...
No quiero convertirme en eso...
Aunque, analizando fríamente la situación, no creo estar preparado para un mundo sin el capitalismo (¡ojo! no sin antes un período bastante largo de adaptación).
Siempre defendí el ideal comunista como filosofía de vida hasta el hartazgo, aun entonces seguí haciéndolo.
Pero gran parte del mundo, no está en el mismo bando...
La vida...
La vida se ha convertido en una sola directriz: "¡Apodérate de todos los enseres materiales y de valor que puedas, pues ello te dará la felicidad!"
Lo que la mayoría de esa gente no ve, se esfuerzan para nada, todas esas cosas que han conseguido gracias al dinero, la popularidad, las maneras y métodos que han utilizado para enriquecerse, como animales que somos, no sirven para nada...
Una tumba hecha de oro y riquezas, sigue siendo una tumba...

domingo, 6 de junio de 2010

El problema de las almas gemelas.



Sencillamente creo que, el problema de las llamadas "almas gemelas" radica en que son tan iguales que como los polos de los imanes, se repelen. Pueden tener infinidad de cosas en común, concept0s, ideas, ilusiones, sueños, ambición... y sí, aun siendo "gemelas" pueden tener muchísimas cosas en contra, normalmente ya cosas puntuales, gustos y otras cosas que pueden ser contrarias al pensamiento de uno y otro.

No obstante aunque siempre haya algún tipo de pique, de problema, de mal roce, siempre que uno este triste, deprimido, cabizbajo, se podrá contar con la otra pers0na simplemente por que es parte de ti, una mitad por decirlo de alguna forma... siempre que uno ria reirá el otro, siempre que uno llore le acompañara con su propio llanto alguien que no caminará ni delante ni detrás en ningún momento, irá siempre al lado.

Sé, por que lo sé, que no pasas una buena racha, esas bombillitas azules me lo dicen, no hace falta que lo hagas tú. Y creo que ha quedado demostrado que voy a estar ahí cuando me necesites y cuando no por si acaso.

Por que también se que siempre estaremos igual de locos, o con suerte un poco más
Por que se que lo has pasado mal por mi comportamiento y aun así has aguantado como una campeona.
Por que se que ya no estoy solo (y sabes muy bien por que lo digo) y eso es posiblemente lo mas imp0rtante para mi
Y por que aunque las cosas nos vayan como nos van... siempre estaremos para todo y para nada.

lunes, 3 de mayo de 2010

Lluvia



Me levanto del sillón, estoy cansado de estas paredes y un sonido desde el exterior me llama.

La gente se encierra en sus casas pero yo no.

Desde la calle, veo como el mal tiempo les llama al cobijo de sus hogares, a la calefacción, las mantas, el sofá.

Mal tiempo.

¿Qué es el mal tiempo?

Llueve.

Llueve a cántaros.

¿Es esto mal tiempo?

¿Acaso no sale del agua toda forma de vida?

Me alegra la lluvia.

Sentir cada gota.

Oír como choca contra el suelo.

Ver como fluye por todo.

Es un espectáculo tan común que nadie le presta atención.

Y volvemos a lo mismo de siempre…

¿Por qué casi nunca nos entregamos a los pequeños regalos que nos trae el mundo?

Sentado en el Parque de la España Industrial admiro la grandeza que nos cae del cielo.

El repiqueteo de las gotas contra el lago… las gradas… los árboles… sobre mí mismo…

Decido dejarme llevar.

Me fundo con el agua, siento como resbala por mi cuerpo, por mi cara…

Imagino que soy lluvia también.

Que broto desde dentro de cada ente vivo del mundo.

Que caigo desde las nubes hasta lo más profundo del mundo para volver a alzarme de nuevo en el cielo.

Como me gustaría ser agua en mi totalidad.

Limpiar toda la suciedad del planeta.

Sanear el espíritu de cada ser.

Arrancar sonrisas en vez de apatías.

Me gustaría que la gente viera la lluvia como la veo yo.

Es cierto que es una llamada a la melancolía…

Y que la falta de color sobre nosotros nos atrae hacia la tristeza, pero, ¿Qué sería de nosotros sin lluvia?

El planeta entero sería un desierto hostil, un paisaje desamparador.

¿Y los bosques? ¿Y las selvas? ¿Y los manglares? ¿Qué pasaría con la vida si no existiera la lluvia?

¿Qué pasaría con nosotros?

Si cada verano tenemos sequía en la mayor parte de Andalucía y salta la alarma.

Yo opto por alegrarme cuando llueve.

Por disfrutar de cada momento venga como venga.

Mal tiempo, buen tiempo… ¿Qué importa?

De acuerdo, sí, las lluvias torrenciales, los huracanes, los tsunamis, los terremotos…

Son desastres naturales que se cobran la vida de mucha gente y que dejan en entre dicho nuestra capacidad de dominar el mundo a nuestro antojo.

Pero, ¿quién nos ha dicho que tenemos que hacerlo?

¿Por qué nos hemos puesto la etiqueta de “seres superiores”?

¿Por el uso de la razón quizá?

¿De que nos ha servido poder pensar si nos perdemos las cosas verdaderamente importantes?

Somos unos animales como cualquier otra especie.

Más unidos quizá que el resto de seres del mundo.

Más unidos y más dispersos a la vez.

Luchando unos contra otros por el poder, por territorios, por la supremacía política…

¿Y qué?

De todo lo que consigamos en vida, ¿Qué va a quedar cuando dejemos de existir?

El mundo va a seguir girando y avanzando en el tiempo.

Y volverá a llover.

Y es decisión nuestra el efecto que los agentes climatológicos produzcan en cada uno de nosotros.

Aquí sentado dejo que la melodía del agua me sumerja en un nuevo mundo de sensaciones y sentimientos escondidos bajo las profundidades de mi ser.

Me convierto finalmente en lluvia.

Imagino a donde voy.

Atravieso el sucio lago y me filtro por el sistema de alcantarillado fluyendo veloz hacia el mar.

En eso me han convertido los humanos.

Recuerdo.

En tiempos anteriores, se me veneraba como un regalo de los Dioses.

La gente danzaba por traerme, hacía ritos para persuadirme de que bajara de las alturas y me uniera a ellos, imploraban mi venida pues sabían que podía ser de gran ayuda para sus cultivos y por tanto para su propia subsistencia.

Hubo un pacto.

Yo les ayudaba a mantenerse vivos y ellos simplemente pensaban en mí de vez en cuando.

Pero con el tiempo, los hombres se volvieron avariciosos.

Crearon canales para conducirme por donde debía ir, construyeron estanques y presas para aprisionarme y poco a poco fueron olvidándome.

Rompieron su parte del trato.

Aun así, no soy capaz de acabar con ellos…

No por que no pueda, si no por que aún vive en mi el recuerdo de aquellos tiempos de paz y tranquilidad que nos unían.

Y por que sigue viva la esperanza de que algún ser humano vuelva a sentirme tal y como soy.

Vuelvo.

Ya no soy lluvia.

Vuelvo a ser yo.

Pero como cada vez que disfruto de la lluvia, me noto distinto.

Más lleno de vida.

Levanto la vista hacia las alturas y encuentro un nublado cielo rojizo a causa de la contaminación que llevamos a cabo desde que dejamos de ser animales.

La rabia me entra en el cuerpo con cada gota, pero la borro de mi mente de inmediato.

No vale la pena.

Me tranquilizo.

Siento.

Al fin y al cabo, el tiempo, sigue su curso.

Y volverá a llover.



martes, 10 de marzo de 2009

Miradas ocultas 1 (Entre pensamientos)




Hay días en que parece que es mejor desconectar del mundo, crear un búnker y no salir de él en mucho tiempo, pero, ¿de qué sirve? Normalmente es lo que hacía yo, igual por no querer ver que había algo más allá de mis propias narices, pero la vida es así.
A veces te da ilusión, otras patadas, a veces alegrías, otras penas, a ratos sol, a ratos nubes…
Quizá sea por que vuelve a salir el sol que me siento más optimista y eso que un cielo nublado me produce sensaciones que no consigo recrear en días como el de hoy.
El calor en la espalda desnuda… sentir… estoy cansado de repetirlo… me encanta sentir…
Me he pasado la mayor parte de mi vida sin saber que significaba sentir y sin darle importancia a ello, aun hoy sigo sin saber que es exactamente, pero ahora me meto de cabeza y me dejo llevar por todo lo que me rodea.
Bolas, palos chinos, staff… tanto da. El caso es estar a gusto, tomando el sol en cualquier plaza, en cualquier parque, en cualquier calle… No importa el sitio.
En verdad, el tiempo tampoco importa. Día, tarde, noche, sol, agua, viento, nieve…
Al final lo único que importa en la vida son las personas de las que te rodeas.
Tanto las buenas, como las malas. La gente es lo que te hace crecer. O más bien, las situaciones a las que te lleva cada persona. Saber que de todo se aprende ayuda a seguir aprendiendo aun más si cabe.
Y eso es un lujo que también se aprende, antes o después.
Yo creo que lo he aprendido tarde, pero al menos lo he hecho, hay gente que no lo hace a lo largo de toda su vida, así que no me quejo. No lo hago en absoluto.
Aunque sí me arrepiento de no haber aprendido antes…
Podrían ser tan diferentes las cosas…
Lamentarse tampoco sirve de nada, es cierto, pero a la vez es inevitable.
Uno nunca sabe como le van a venir las cosas y lamentarse por algo que ya ha pasado pero que en lo que dura una vida puede cambiar y volver a ser lo que era, es, de nuevo un lujo.
Esta vez al alcance de menos, eso sí, pero si se presenta la oportunidad de solucionar algo que hace años que lleva atormentándote por haberlo hecho mal, no solucionarlo es peor .
Por eso, es bueno cometer errores, por que luego vas con más cuidado para no volver a llevarte un chasco.
El caso es que parece ser cierto eso que se dice de que “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, es más puede que se quede corto. Fallamos, nos damos cuenta de ello y volvemos a fallar. No hay más.
Por eso, cuando conseguimos variar nuestro camino y nos damos cuenta de lo que estamos haciendo con tiempo para rectificar y seguir esa nueva vía que nos lleva a “un mundo diferente”, nos sentimos bien con nosotros mismos. De una u otra manera, sabemos que lo que hacemos nos viene bien.
Yo he hecho cosas que no debería, como todos al fin y al cabo. Pero me convencía de que en un futuro iba a ser lo mejor para mí… nada más lejos de la realidad. Esas cosas que tanto bien iban a hacerme me han amargado durante casi un lustro… el tiempo que he tardado en darme cuenta de que la vida es otra cosa.
No es un tablero en el que tenemos que jugar rápido o de forma perspicaz. Obviamente, la vida no es eterna, por eso intentamos hacer más cosas de las que realmente podemos hacer. ¿Qué pasa entonces?
Que nos perdemos las cosas grandes que tiene cada pequeño momento. Es como aquel violinista del metro al que la gente hacía caso omiso… en una tarde completa, tocando canciones de los virtuosos de ese instrumento, recolectó cerca de 14 dólares. Lo que la gente que había en el metro ignoraba es que este hombre, que estaba realizando un experimento, había llenado dos noches antes el auditorio más famoso de Londres donde una localidad de calidad paupérrima costaba alrededor de 300.
Él, demostró que los humanos se rigen por normas absurdas de las cuales deberíamos deshacernos. Y yo aprendí que la belleza puede estar tanto en un cuadro, en una sinfonía, una persona, un paisaje... Cualquier cosa. Hay que aprender a vivir con los ojos abiertos y dejarse elevar a un nivel de tranquilidad que te permita paladearlo todo y eso nunca es sencillo. Pero vale la pena intentarlo, por que el mundo que se esconde detrás de todo esto, es mucho más atractivo, real y sincero de lo que vemos cuando no miramos.

sábado, 14 de febrero de 2009

Dilucidaciones de un día gris

Si hoy amanecía el día despejado, era, sin duda, para hacernos creer que el de hoy iba a ser un día diferente al resto de los días precedentes, mas era únicamente un espejismo. Un fantasma camuflado de luces varias y claridad que ha ido poco a poco dejando paso al espectro que dormía en su interior, un ser de tonos grises y melancólicos dispuesto a entristecer la vida de cualquiera. Aun así, no he dejado de sonreír. Con el tiempo y sus malas jugadas, he ido aprendiendo a vivir con lo que venía, sin plantearme apenas nada, simplemente dejándome llevar por las corrientes que se cernían sobre mí, como lo hacen ahora estas nubes que tan lejanas estaban al despuntar el alba.
No tiene mala pinta de todas formas el día, aunque el tiempo no acompañe en absoluto. Siempre fui más de estar en la calle que en casa, no obstante, aprecio estos días como la comida cuando estoy hambriento o el agua cuando siento que podría desfallecer a causa de la sed. Me gustan. Son días en que no puedes ir a la playa por que hace frío, amenaza con llover y el viento te atraviesa el cuerpo como si fueras un colador de pasta. Pero normalmente, no llueve, así que se puede estar en la calle abrigándose un poco más y siendo algo valiente o masoquista, según la persona que opine. Y si llueve, para mí son aun mejores. La lluvia limpia el alma de cualquiera, el sosiego que se siente al estar frente al mar mientras el cielo descarga sobre uno un aguacero considerable, la paz de sentirse totalmente libre, la melancolía que arrastra la soledad de ese momento, las lágrimas que huyen fundiéndose con la lluvia después de estar tanto tiempo contenidas a causa de la ira, el odio, la pena, la risa que sale del interior de uno mismo al descubrirse en una situación que le hace sentir tanto y con tanta fuerza, los recuerdos que afloran cuando estamos tan receptivos, la sensación de ser alguien totalmente renovado volviéndole la espalda al mundo que nos maltrata a diario desde que salió el terrible tirano apodado dinero, sin dejarnos vivir como los animales racionales que somos, obligándonos a estar día sí, día también atados a unas responsabilidades que nadie pidió, esa sensación de descubrir que eres más de lo que ves… todo eso me evoca la lluvia. Me he dado cuenta de que soy más optimista los días de mal tiempo aunque no los aproveche para estar dando vueltas por ahí. Con todo, estos días, además de ser perfectamente disfrutables en la más intima soledad, son de lo mejor para pasarlos en compañía, ya sea por amigos, pareja o familia. Ya que suelen ser los días que como no hay nada mejor que hacer, te pones a hablar de temas que realmente despiertan tu apetito de conversación y das rienda suelta al músculo que más libertad tiene: la lengua.
Hoy, no obstante, más que hablar, me apetecía escribir, creo que es porque hacía tiempo que no conseguía sentarme tranquilamente a pensar. Demasiados problemas en el mundo que me rodea como para dedicarme en exclusiva a mí. Así que me he puesto manos a la obra y aunque no sea un texto interesante, ayuda a explayarse de uno mismo y sus “movidas”.
Disfruto con cada palabra deletreándola en mi mente, paladeando la pronunciación de cada letra, buscando sinónimos, poniendo atención en la gramática y la ortografía, más si cabe que en el contenido del escrito en sí que dicho sea de paso, es simple y puramente por amor a la escritura que estoy haciendo esto hoy.
Desde pequeño me deleitaba con textos que al principio podía ni entender, pero que poco a poco, fueron haciéndome sentir un ser superior en comparación con animales y plantas y es que, si se para uno a pensar, el don de la lectura y la escritura es algo magnífico. Me resulta asombroso como con tan sólo 27 caracteres y unos signos de puntuación tan básicos como pueden ser puntos y líneas, el ser humano es capaz de crear algo que perdure en la historia durante siglos, algo que te pueda cambiar el estado de ánimo de un momento a otro, algo que te haga soñar con sitios que ni existen más que en la imaginación del escritor y del lector, algo que sea capaz de conmover a muchos, algo que sea capaz de cambiar el rumbo de un hombre, una familia, un barrio, un pueblo, una ciudad, un país, un continente, el mundo…
Por desgracia no está al alcance de todos el fenómeno de la literatura, ya sea por una u otra cosa, la gente lee cada vez menos libros, aunque se pasen el día pegados al ordenador y aun existe el analfabetismo en muchos países, de todas formas, no hace falta ir muy lejos para encontrar desconocedores de este bello arte. En nuestro país existen muchas personas que no saben leer ni escribir y eso es una pena, pues se pierden muchas cosas que valen la pena. No digo que esta gente sea inculta por no tener conocimientos sobre la materia en cuestión, puesto que la inteligencia está por encima de todo esto y con la formación adecuada aprendería sin esfuerzo más de uno. Pero me avergüenza que en pleno siglo XXI no seamos capaces de ofrecernos a ayudar a quien lo necesita y no sólo en lo referente a la literatura.
El ser humano, sabe que es un animal como cualquier otro, pero con unas virtudes únicas, no obstante, hemos decidido a jugar a ser superiores, a maltratar a nuestros semejantes, a humillar al prójimo y por mucho que se diga que estamos en una época de libertades, no ha cambiado tanto la cosa desde los tiempos del antiguo Egipto donde se utilizaban esclavos tanto como mano de obra como para usarlos como moneda de cambio. De hecho creo que la cosa ha ido a peor, niños pequeños cosiendo balones y zapatos para que la gente de países avanzados como nosotros podamos vestirnos y jugar a futbol, más niños trabajando los campos para dar de comer a una familia que no es la suya ni tan siquiera. Diferente trato para la gente de diferente color, religión, orientación sexual, da igual. Cualquier aparente divergencia entre una persona y otra ya hace que exista una disputa sobre quién es el destacado y quien el atrasado. Como si hubiera siempre que crear una estadística a base de niveles jerárquicos y no debería ser así nunca.
Nos contentamos en juzgar a otros y luego exigimos que no se haga lo propio con nosotros, todo lo que hacemos está bien hecho, pero sólo para nosotros o para un colectivo reducido de personas con las que compartimos opiniones, no obstante siempre habrá alguien dispuesto a llevar la contraria aunque no tenga recursos suficientes como para poder opinar al respeto y si no es así, seremos nosotros quienes encontremos motivos para discutir.
Lamentablemente, el mundo va hacia atrás, hasta que volvamos a una edad de sombras como la antigua Edad Media, entonces tocará volver a empezar como en el Renacimiento, y volveremos a llegar al mismo punto en el que estamos. Más avanzados científicamente, sí, pero con los mismos conflictos que nos han rodeado desde el albor de nuestras vidas como los humanos “superiores” que somos.

Salir, observar, recordar...

Palma se levanta tranquila esta mañana. Amanece de color azul rojizo el cielo dejando sentir el duro golpe del frio atravesando prendas de ropa sin compasión, como un cuchillo caliente, que sin problemas, atraviesa la mantequilla.
A los que estamos acostumbrados a la calle, quizás nos moleste menos. No obstante, la humedad es tan alta, a causa de las lluvias que han dejado tras de sí los últimos días que hace que el aire helado se cuele hasta los pulmones sintiendo que cada bocanada de aire va acompañada de pequeños trozos de hielo afilados que se clavan por nuestro organismo a su paso.
Al horizonte se ven alzarse altivas nubes. Curiosamente nunca supe si estas van o vienen, no tenemos tiempo en la vida cotidiana para pararnos a observar lo que nos rodea, aun así ahora estoy tirado en la cama escribiendo lo que sentí hoy al estar en la calle.
Releo lo escrito y parece que no me haya gustado lo que he visto hoy y no es así.
El frío, siempre me hizo sentir vivo, desde la mañana del maldito tornado en el que nos vimos envueltos en Peguera. El viento me levantaba a su paso y yo pensé que no volvería a pisar tierra. Sentí como las gotas de granizo que lo acompañaban se me clavaban como minúsculas agujas por todo el cuerpo. Entonces dejamos de intentar salvar el puesto que tenía mi abuelo y corrimos a refugiarnos a un bar atestado de gente que pasaba por allí cuando el imponente torbellino tocaba tierra. Ese día aprendí a apreciar el frío, la sensación de saber que estás sintiendo algo es una de las más creíbles muestras de que estás vivo y desde entonces, disfruto más y más de salir a la calle los días de temperaturas muy bajas para al rato entrar y quedarme con la cara y las manos heladas mientras noto calor por el resto del cuerpo.
Por otra parte, el cielo estaba despejado, lo que ya es más de lo que podíamos esperar teniendo en cuenta el transcurso de los últimos días en los que ha llovido casi todos. Así que volver a observar como el vacio azul se tiznaba de un rojo anaranjado al amanecer ha causado un efecto tranquilizador en mí. La tormenta, dure lo que dure, termina pasando y eso es así con todos los pequeños problemas que nos salen al paso a diario, no hay ninguno que no tenga solución.
Quizás lo que no me ha hecho sonreír hoy sea la maldita humedad que con este frío exagerado se hace casi palpable. Aún así me he dejado guiar por ella en mi respiración imaginando que cada pequeño pinchazo era un estímulo más para la vida. Un pequeño impulso eléctrico que te anima a seguir tirando, mirando hacia a delante, sin miedo.
Y al volver a leer parte de mi escrito, me doy cuenta de que aunque poco, no podemos sino asombrarnos con las maravillas que recorren nuestro mundo, aunque no queramos. Si no, no me hubiera percatado de las nubes, por mucho que no sepa cuál es su dirección.
Todo esto unido al vaivén de la gente, el ajetreo matutino de una ciudad que despierta, el césped recién cortado por los jardineros, las napolitanas rellenas de chocolate que llenan con su aroma la acera más cercana a la panadería, los perros paseando a sus dueños, gente que vuelve de fiesta, gente que empieza a trabajar… hacen que valga la pena despertarse pronto. Salir a la calle y observar.

viernes, 5 de diciembre de 2008

¿Porqué no puedo vivir de sueños?



20:00 h
Él estaba sólo en casa, en la cocina, preparando la cena. Sabía que ella llegaría pronto y esperaba su presencia con impaciencia.
Llevaba sólo un pantalón vaquero negro y unas deportivas.
Había salido de trabajar antes que ella, como de costumbre y había pensado que le gustaría llegar a casa y encontrarlo todo listo. Además no había nada en el mundo que le gustara más que estar con ella y cuantas menos cosas pendientes hubiera, más tiempo tendrían para estar juntos… solos…
Se le antojaba imposible hace apenas unos meses, pero ahora, por fin se tenían el uno al otro.
Todo esto iba pensando él mientras ponía la mesa, preparaba la cena y limpiaba los utensilios de cocina una vez les había dado uso para no tener nada pendiente cuando la dueña de su corazón llegara a casa.

20:38 h
Sonríe. Ha escuchado la puerta, sólo puede ser ella.
De repente, unos brazos le rodean por debajo de los suyos mientras el remueve la salsa. Ella, estaba helada, pues venía de la calle, pero el siempre disfrutó de todos y cada uno de sus abrazos. Le llenaban de calor, de complicidad, amor… Entonces ella le besó entre el hombro y el cuello y preguntó: ¡Que bien huele! ¿Me estás haciendo la cenita? Él sonrió, se giró, asintió y respondió con otro abrazo al suyo. Luego entornó los ojos levemente y la besó en los labios. Había soñado tanto tiempo con sus labios… con sus ojos… su respiración… quería sentir su respiración cerca… y ahora podía hacerlo cuanto quisiera.

20:54h
Se sentaron a cenar y charlaron sobre como les había ido el día. Todo tranquilo, un día perfectamente normal. También hablaron de cuando aún no tenían nada, de cuando eran sólo amigos, de cómo habían hablado de un posible futuro juntos. Entonces ella afirmaba que no podía salir bien, que todo terminaría yéndose al traste y él pensaba, aunque nunca se lo dijo, que con lo que sentía por ella no podía romperse nada, pues era tan grande y real que ni él mismo se lo terminaba de creer. Siempre que la miraba, se convertía en una vela encendida que se derretía… antes de dormir (y siempre gracias a una conversación con ella) le mandaba un abrazo estuviera donde estuviera convencido de que ella lo sentiría, cuando despertaba lo primero que hacía era pensar en si la vería y si lo sabía de antemano, se pasaba el día nervioso esperando el momento de convertirse en cera líquida. Y ahora, vivían juntos. No podía ser más idílico.

21:43h
Después de cenar, recogieron la cocina entre los dos. A él le gustaba fregar los platos con ella, la manera en que cogía los vasos de entre sus propias manos jabonosas para luego aclararlos, sus miradas, su sonrisa, su respiración otra vez, podía sentirla sin problemas y sabía que mientras la sintiera, seguiría vivo. Ella también era feliz a su lado y se lo demostraba de muchas maneras, pero probablemente a el lo que más le gustaba era que le sonriera y le besara esporádicamente, sin ninguna razón, simplemente porque ella lo sentía.

21:56h
Decidieron ver una película y se instalaron cómodamente en el sofá, tapados con una manta y todo lo abrazados que permitía el reducido espacio.

23:37h
Después de la película y aprovechando que al día siguiente (Domingo) ninguno de los dos tenía nada que hacer, ella propuso montar el árbol de Navidad, pues esta se acercaba y no quería tener que hacer nada con prisas. Se pusieron manos a la obra enseguida. Todo lo hicieron a medias, el montaje del árbol, la colocación de bolas y luces, todo… Cuando él ponía algo que ella hubiera preferido de otro modo, ella se lo decía y él de muy buena gana lo cambiaba y si pasaba al revés tampoco había problema.
Eso les llenaba. El saber que estaban de acuerdo en casi todo y que en lo que no se estaba mandaba el respeto y buscaban una solución que complaciera a ambos. Les hacía sentirse más personas.
Cuando él fue a encender las luces del árbol, ella le pidió (con una voz que en el pasado no terminaba de gustarle, pero que ahora le volvía loco) si le dejaba hacerlo, que le hacía ilusión y el accedió sin problema alguno. Le gustaba verla feliz, le satisfacía poder sacarle una sonrisa con tan poca cosa, así que ¿Porqué iba a negarse?
Entonces se encendieron las luces a la vez que él sin dejar de mirarla apagaba la del comedor y luego se abrazaron.
Contemplaban lo bien que les había quedado el árbol y pasado un tiempo, ella, abrazándole el alma le dijo mirándole a los ojos: Nunca más pasaremos una Navidad solos.
Sonrieron, y se besaron depositando toso su amor en cada segundo, en cada beso…

9:03h
Sonó el teléfono, y entonces me desperté dándome cuenta a la vez de que todo había sido un sueño, pero no pudo sino sonreír, pues era ella… y empezaba un nuevo día.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Eternidad en 8-10 segundos...


-Muy alegre os veo mi señor, ¡buenos días!
-¿Alegre decís? Henchido de júbilo, rebosante de felicidad hasta por mis más recónditos rincones…
-¿Y a que se debe esta repentina exaltación de vuestro gozo?
-Pues ni más ni menos a descubrir la eternidad.
-Disculpad, no sé si he entendido bien, ¿decíais?
-La mujer del mar, aquella de la que siempre os hablo, mi preciado discípulo, me hizo descubrirla, incluso pude comprobar que no tiene necesariamente que ser eterna la eternidad, con 8-10 segundos hay más que suficiente para…
-¿Qué la eternidad dura cuanto?
-Pues eso, unos 8-10 segundos…
-Pero no puede ser, ¡la palabra segundos no guarda una relación factible con el concepto de eternidad!
-Si hubierais sido vos quien disfrutara esos 8-10 segundos de felicidad extrema por un “simple” abrazo que habló como sólo habla el corazón… también se os hubiera parado el mundo.
Hubiera dejado de llover donde lloviera, de nevar donde nevara…
Hubieran dejado de batir las alas de un jilguero y aun así este no habría caído…
Hubieran callado los ríos su bramar taciturno, pues su agua se hubiera congelado…
Hubieran dejado de correr y retozar los animales, pues su movimiento se hubiera detenido…
Hubiera parado de consumirse el tiempo y de molestar el maldito ¡tic tac! Al que estamos encadenados de por vida…
Es que francamente… aun perdura la insuperable sensación de ese abrazo… y es eterno por que no voy a olvidarlo de forma alguna…
-Yo sigo sin entender nada, ¿por un triste abrazo?
-Nadie ha dicho triste, no estamos tristes, antes he recalcado la palabra simple sin ánimo de ofender a nadie para evitar precisamente este malentendido… Bueno, a lo que íbamos, el abrazo en sí no fue un abrazo muy diferente a los que me tiene acostumbrado, fueron los sentimientos depositados en él y dedicados a todo el tiempo de silencio que tuvimos, los que salieron a la luz por fin.
-¿Todo el tiempo? ¿8-10 segundos es todo el tiempo?
-¡¡Es que fue una sensación inexplicable!! Sentir el calor de su cuerpo, su respiración, su aroma… por dentro, mi corazón se volvió gelatina, y de haber durado unos segundos más, seguro que convertido en charco me hallabais…
-¿En charco decís?
-En efecto, empiezo a derretirme cuando sé que voy a verla, y me torno como un can que añora a su dueño a medida que se acerca la hora de que este llegue, no puedo evitar ponerme nervioso, pero luego llegan momentos como el de este abrazo en que todo es sosiego, paz, tranquilidad… como Bécquer dijera en su rima XVII, “hoy llega al fondo de mi alma el Sol”…Así me siento yo. Para mí no hay nada igual a lo que sentí ayer, todo increíble, sublime, por fin pude saborear cada instante, traté vivir, que al final fue lo importante… Y ahora solo de ello tengo ganas… Y vos sabéis mejor que nadie que no soy una persona vital realmente, activa sí, que por todos es conocido que no puedo parar de hacer lo que sea que haga en cualquier momento… También sabéis que si así lo hago es para tener mi mente ocupada para no pensar en nada, mas hoy me siento libre y en total harmonía con el mundo…
-Pues yo no entiendo apenas un ápice de lo que estáis diciendo mi señor.
-Eso querido amigo, debéis achacarlo a vuestra divina juventud, ya os llegará el momento en que vos también sintáis algo similar por alguien.
-¿Y empezare a desvariar como hacéis vos hoy?
-Pues me temo que no tengo sino un sí por respuesta, mas esta demencia no es locura, es un desvarío sano que nos da impulso y ritmo para que sigamos el camino de la VIDA.
-Gran lección es la de hoy entonces.
-La lección en sí, no te la puedo demostrar, pero tened paciencia que pronto la viviréis.
-Despídome en pos de tornaros a ver y escuchar en cuanto acabe mis obligaciones, mi señor. Sabéis cuanto disfruto y como me ayudan vuestras dilucidaciones.
-Y a mí me agrada que os sirvan de ayuda. ¡Id! Id en paz y con los ojos del corazón bien abiertos.

martes, 11 de noviembre de 2008

¿Nos tiramos de cabeza?


Nunca pensé que sentiría que el mundo que está normalmente sobre mí, pues me siento más enterrado que libre, tendría una tregua preparada para mí en la que me dejaría salir a respirar al menos una vez.
Siempre supe que llegaría el momento en que “hablaría”, que no lo he hecho, igual que supe que al hacerlo me sentiría mucho más ligero, mas no esperaba estar el día entero con esta estúpida sonrisa al saber que algo había en ti que me permitía seguir soñando, que no durmiendo, pues siempre estuve aguardando una rotunda negativa.
Y pensar que ni ha habido sí ni ha habido no… No obstante ya vale la pena por el simple hecho de esta paz que siento hoy, que no me ha dejado apenas, tan sólo un momento para que se me acelerara el corazón al leerte, podía imaginar perfectamente tu voz, no era difícil. Sentía que estabas a mi lado. Pronunciando lentamente cada frase, cada palabra, cada silaba, cada letra… cada silencio. Desaparecía el frío incluso.
De todas maneras, la jornada de hoy ha sido muy productiva, he conseguido conseguir aclararme, he logrado lograr verme un poquito más por dentro y he decidido decidir. Y he decidido que me gusta sentir, casi por encima de cualquier otra cosa. ¿Qué importa que duela? El sosiego que se siente al sentir algo tan grande por alguien es directamente proporcional a la desazón que causa la soledad, la rabia que promueve el odio, la incapacidad proveniente de la tristeza o la impotencia producida por el olvido… De modo que cuando nos pasa algo potencialmente dañino es fácil hundirse, porque normalmente es algo que deja heridas en el alma y tarda en irse del pensamiento mucho más de lo que tardan las susodichas en cicatrizar… Aun así no ha nada mejor que sentir… Aun degradando, degenerando y dejando en nada el orgullo de lo que se supone nuestro espíritu para dejarnos pisotear una y otra vez… Repito que no importa. Lo único que importa es vivir lo mejor posible dentro de las posibilidades de cada uno.
Sólo hace falta una o varias familias, fuera de la familia, una familia que nos da tanto (y en ocasiones más), como la nuestra propia… una familia sin ramas, pero una familia al fin y al cabo… aunque sólo la c0mp0ngan dos individuos que suman uno.
La VIDA, siempre con mayúsculas para ser felices y colores por doquier para estar alegres… y gente a patadas y algunas personas cerca, es lo que necesitamos para seguir cuando no vemos el camino que se extiende ante nosotros y sólo vemos las inescrutables montañas de excrementos que se alzan para hacernos retroceder otra vez, bajo el mundo… Personas que con una simple mirada te desnude el alma y sientas como tu temperatura sube repentinamente al notar que te abraza sin tocarte... Personas con quien basta estar a solas sin decir una palabra para saber lo que ocurre en ese momento… personas que notes que te protegen con un simple abrazo sin palmadita… Eso es lo que hace falta
El túnel en el que vivo, aun no me atrevo a cobijarme fuera, es la antítesis de la libertad, el calor, la paz, la seguridad… en ella habitan la melancolía, el desdén, el desánimo, la demencia… La gente normalmente diría que no la desalojará por que tarde o temprano me tocará volver…
Pero yo no hago caso a la gente… solo escucho a las personas…

domingo, 9 de noviembre de 2008

La mujer del mar



Fría en apariencia, cálida en realidad,

cuando solo está su ausencia, se pierde la verdad.

Cuando ama da la vida, sin pensar en lo demás.

Nunca pide nada a cambio, pero quiere lo que da.



Su mirada te lee hasta el alma,

te penetra el corazón,

Si alguna vez pierde la calma

seguro que existe una razón.


Es arte transformado en risa,

Es risa convertida en amor.

Ayuda al que lo necesita,

Pues lo quiere todo de color.


Cuando la miro, igual que cuando miro al mar,

No se que hace con mis penas, pero siempre se me van.

No se porqué siempre pienso

Que donde esté ella estará mi hogar.


Vuelven cuando se aleja,

Y aunque se que es un estado pasajero

Vivo siempre entre rejas

Hasta que a su lado por fin vuelvo.


Yo escondido tras un disfraz,

Vivo una vida muda sin saberme explicar,

Sufriendo la eterna espera,

De ver a mi mujer del mar…