domingo, 9 de noviembre de 2008

La mujer del mar



Fría en apariencia, cálida en realidad,

cuando solo está su ausencia, se pierde la verdad.

Cuando ama da la vida, sin pensar en lo demás.

Nunca pide nada a cambio, pero quiere lo que da.



Su mirada te lee hasta el alma,

te penetra el corazón,

Si alguna vez pierde la calma

seguro que existe una razón.


Es arte transformado en risa,

Es risa convertida en amor.

Ayuda al que lo necesita,

Pues lo quiere todo de color.


Cuando la miro, igual que cuando miro al mar,

No se que hace con mis penas, pero siempre se me van.

No se porqué siempre pienso

Que donde esté ella estará mi hogar.


Vuelven cuando se aleja,

Y aunque se que es un estado pasajero

Vivo siempre entre rejas

Hasta que a su lado por fin vuelvo.


Yo escondido tras un disfraz,

Vivo una vida muda sin saberme explicar,

Sufriendo la eterna espera,

De ver a mi mujer del mar…