martes, 11 de noviembre de 2008

¿Nos tiramos de cabeza?


Nunca pensé que sentiría que el mundo que está normalmente sobre mí, pues me siento más enterrado que libre, tendría una tregua preparada para mí en la que me dejaría salir a respirar al menos una vez.
Siempre supe que llegaría el momento en que “hablaría”, que no lo he hecho, igual que supe que al hacerlo me sentiría mucho más ligero, mas no esperaba estar el día entero con esta estúpida sonrisa al saber que algo había en ti que me permitía seguir soñando, que no durmiendo, pues siempre estuve aguardando una rotunda negativa.
Y pensar que ni ha habido sí ni ha habido no… No obstante ya vale la pena por el simple hecho de esta paz que siento hoy, que no me ha dejado apenas, tan sólo un momento para que se me acelerara el corazón al leerte, podía imaginar perfectamente tu voz, no era difícil. Sentía que estabas a mi lado. Pronunciando lentamente cada frase, cada palabra, cada silaba, cada letra… cada silencio. Desaparecía el frío incluso.
De todas maneras, la jornada de hoy ha sido muy productiva, he conseguido conseguir aclararme, he logrado lograr verme un poquito más por dentro y he decidido decidir. Y he decidido que me gusta sentir, casi por encima de cualquier otra cosa. ¿Qué importa que duela? El sosiego que se siente al sentir algo tan grande por alguien es directamente proporcional a la desazón que causa la soledad, la rabia que promueve el odio, la incapacidad proveniente de la tristeza o la impotencia producida por el olvido… De modo que cuando nos pasa algo potencialmente dañino es fácil hundirse, porque normalmente es algo que deja heridas en el alma y tarda en irse del pensamiento mucho más de lo que tardan las susodichas en cicatrizar… Aun así no ha nada mejor que sentir… Aun degradando, degenerando y dejando en nada el orgullo de lo que se supone nuestro espíritu para dejarnos pisotear una y otra vez… Repito que no importa. Lo único que importa es vivir lo mejor posible dentro de las posibilidades de cada uno.
Sólo hace falta una o varias familias, fuera de la familia, una familia que nos da tanto (y en ocasiones más), como la nuestra propia… una familia sin ramas, pero una familia al fin y al cabo… aunque sólo la c0mp0ngan dos individuos que suman uno.
La VIDA, siempre con mayúsculas para ser felices y colores por doquier para estar alegres… y gente a patadas y algunas personas cerca, es lo que necesitamos para seguir cuando no vemos el camino que se extiende ante nosotros y sólo vemos las inescrutables montañas de excrementos que se alzan para hacernos retroceder otra vez, bajo el mundo… Personas que con una simple mirada te desnude el alma y sientas como tu temperatura sube repentinamente al notar que te abraza sin tocarte... Personas con quien basta estar a solas sin decir una palabra para saber lo que ocurre en ese momento… personas que notes que te protegen con un simple abrazo sin palmadita… Eso es lo que hace falta
El túnel en el que vivo, aun no me atrevo a cobijarme fuera, es la antítesis de la libertad, el calor, la paz, la seguridad… en ella habitan la melancolía, el desdén, el desánimo, la demencia… La gente normalmente diría que no la desalojará por que tarde o temprano me tocará volver…
Pero yo no hago caso a la gente… solo escucho a las personas…

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